lunes, 25 de octubre de 2010

Caminando entre las tumbas; lúgubre sentimiento de vivir entre los muertos.

“La fiesta de la muerte es generadora de múltiples lecturas. Cada individuo elabora un significado personal y autónomo de ella” 

Estatuas de personajes que cobran vida a manos de sus seguidores y fervorosos durante el día y en la noche solo siguen su vida inerte de representación de ese ser que existió y que se fue dejando un legado e historias que son reinventadas en el día a día.
Personajes que son la razón para más de uno del por que tienen lo que tienen y ante todo lo que quieren conseguir en sus vidas. Movidos por su fe y su ferviente anhelo de progresar, proveer y darse a conocer como personas. Algo más que personajes son estas estatuas a las que se les confía más de un secreto y deseo. Secretos que resultan peticiones aferradas a una vivencia o necesidad del individuo que lo solicite.
Esto entre otros son los escenarios que se viven los lunes de todo el año en el día de los muertos, considerado el día de visitar a los más extrañados seres que se han ido para nunca volver. No solo los que extrañan a sus seres queridos son los que visitan estas tumbas, también lo hacen los que están interesados en traer a su vida determinados estados o momentos de éxito y de riqueza tanto como espiritual como económico.
Creado en el año de 1825, el cementerio central es una ciudad en su totalidad, encontramos una mezcla de culturas, generaciones e incluso de estratificaciones sociales. Es una ciudad estructurada de manera circular contenida en una estructura rectangular que completa la manzana.
De manera jerarquizada el camellón principal resguarda las tumbas y los mausoleos de apellidos de familias adineradas y una estatua de una piedad que recibe a sus visitantes con las manos abiertas. Esta piedad produce una sensación de resguardo por el Dios Todopoderoso y que este les dará la paz y descanso eterno a los que residan en este espacio. En el anillo que determina la forma estructural encontramos las tumbas de las personas de escasos recursos.
La estructura contenedora de la circunferencia principal tiene una forma rectangular, que a diferencia de la circular alberga una nueva disposición espacial y orden que propone un nuevo recorrido en el lugar. A diferencia del círculo central, el espacio contenedor no tiene una jerarquía especifica si no que está organizado por medio de bloques de mausoleos en los que resaltan unos más que otros.
La historia de este cementerio nos lleva a dar por sentado que la vida no es tan garantizada como creemos y que hasta en la muerte se demuestra como se vive.



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